
PARTE I – La Invasión Roja que Nadie Esperaba

Hay olores que te transportan a la infancia, y hay sonidos que te llevan directamente a una tarde de los 90. El «clic» del cartucho entrando en la NES, el zumbido de la tele de tubo y esa melodía inicial, a veces machacona, a veces épica, que anunciaba el comienzo de una nueva aventura. En ese mar de cartuchos grises, algunos eran leyendas instantáneas y otros… otros eran Attack of the Killer Tomatoes. Un juego que, para muchos, representó ese alquiler de fin de semana basado en una portada llamativa y una caricatura popular. Una apuesta que podía salir sorprendentemente bien o terriblemente mal. Hoy, en Nivel Secreto, vamos a pisar fuerte para exprimir hasta la última gota de este peculiar y desafiante clásico.
En su versión para NES, Attack of the Killer Tomatoes es un plataformas 2D. Se enmarca perfectamente en la oleada de títulos basados en licencias que inundaron la consola de 8 bits. El estudio estadounidense Imagineering lo desarrolló, mientras que la entonces emergente THQ (Toy Headquarters, Inc.) se encargó de publicarlo. El juego aterrizó primero en Norteamérica en 1991 y llegó a Europa un año después, en 1992.
Es importante señalar un detalle clave. El juego no se basa en la película de culto de 1978, sino en su adaptación a serie de dibujos animados de 1990. Esto explica su tono más ligero y su protagonista, el joven Chad Finletter. En aquella época, tanto Imagineering como THQ ganaron fama por producir una gran cantidad de juegos licenciados. A menudo trabajaban con tiempos de desarrollo ajustados, lo que les forjó una reputación de calidad variable, pero sus juegos siempre estaban presentes en las estanterías.
PARTE II – Una Trama Directa al Puré
La narrativa de Attack of the Killer Tomatoes es tan directa como su jugabilidad: el brillante pero malvado científico Dr. Putrid T. Gangreen ha desatado, una vez más, a su ejército de tomates mutantes para conquistar el mundo. El único que puede detenerlo es el joven repartidor de pizzas y héroe a tiempo parcial, Chad Finletter. Armado únicamente con su capacidad para saltar y una determinación de hierro, Chad debe atravesar las calles, fábricas y alcantarillas de San Zucchini para enfrentarse a los secuaces de Gangreen, como el secuaz humano Igor y el tomate soldado Zoltan, antes de la confrontación final con el científico loco. La historia se cuenta de forma mínima, a través de una breve secuencia inicial y las escenas de final de nivel, dejando que la acción y el manual de instrucciones rellenen los huecos. Es una narrativa sin pretensiones, típica de la época, donde el pretexto argumental servía como simple catalizador para la acción plataformera.

PARTE III – La Dura Vida del Exterminador de Hortalizas

El núcleo jugable de Attack of the Killer Tomatoes es simple: Chad corre y salta a través de niveles lineales de scroll lateral. El método principal de ataque es saltar encima de los tomates pequeños para aplastarlos. Sin embargo, el juego complica esta fórmula con un diseño de niveles laberíntico, una física de salto algo rígida y una dificultad endiablada. El «game feel» es exigente; los controles requieren precisión milimétrica y los saltos deben ser calculados al extremo. No hay power-ups ni armas, solo tu habilidad para esquivar y pisotear. Lo que define la experiencia es su brutalidad, a menudo catalogada dentro del infame término «Nintendo Hard».
Los enemigos reaparecen, las caídas al vacío son constantes y los jefes requieren patrones de ataque muy específicos. Es un juego que no perdona errores, donde la memorización de los niveles se convierte en la única estrategia viable para progresar, un rasgo distintivo de muchos títulos de su generación que buscaban alargar su duración a través del desafío puro y duro.
PARTE IV – Un Legado Tomado con una Pizca de Sal
En su lanzamiento, la recepción crítica del juego fue, en el mejor de los casos, tibia. La mayoría de las revistas especializadas de la época, como Nintendo Power, lo consideraron un juego mediocre. Criticaron sus controles imprecisos y su dificultad frustrante, aunque a menudo elogiaron el intento de capturar el espíritu de la caricatura.
Con la perspectiva que da el tiempo, podemos decir que el juego no ha envejecido bien en lo jugable. Sus mecánicas resultan rígidas y su dificultad se siente más injusta que desafiante. Sin embargo, ha encontrado un segundo aire como un clásico de culto. Atrae a jugadores que disfrutan de los «malos juegos buenos» y los retos extremos. Su legado no reside en la innovación, sino en ser el ejemplo perfecto del típico juego licenciado de 8 bits. Era un producto funcional, con una dificultad artificial y un encanto innegable derivado de su extraña premisa.
PARTE V – Un Menú Solo Disponible en Inglés
Como era habitual en la era de la NES para los juegos que no eran superproducciones, Attack of the Killer Tomatoes no recibió una traducción oficial al español en su lanzamiento original en Europa. El cartucho distribuido en regiones hispanohablantes contenía la versión en inglés. Afortunadamente, la comunidad de fans ha rescatado este título del olvido lingüístico. Existen al menos tres traducciones no oficiales (romhacks) al español. Una fue realizada por gadesx, y otra por JONNYVILLA2088 y una primigenia de Emu4ever. Ambas permiten disfrutar de los escasos pero existentes textos del juego en nuestro idioma. Un aplauso para la increíble labor de preservación que realiza la scene.
PARTE VI – Exprimiendo este Clásico a día de hoy
¿Te atreves a enfrentarte al Dr. Gangreen? A fecha de 3 de septiembre de 2025, estas son las vías para jugar a Attack of the Killer Tomatoes:
- La Vía Purista (Hardware Original): La forma más auténtica es, por supuesto, conseguir un cartucho original de NES y jugarlo en la consola para la que fue concebido. Aunque no es un título extremadamente raro, requiere una búsqueda en mercados de segunda mano y webs de subastas.
- Reediciones Oficiales: Lamentablemente, el juego no ha sido reeditado oficialmente en ninguna plataforma moderna. No está disponible en servicios como Nintendo Switch Online ni ha sido incluido en ninguna colección de clásicos de THQ.
- Emulación Responsable: La vía más accesible para la mayoría es la emulación. Utilizando un emulador de NES en un PC, Mac o dispositivo Android, puedes jugar al archivo ROM del juego. Esta opción permite además aplicar parches de traducción, como el mencionado anteriormente, y utilizar funciones como los «save states» para mitigar su elevada dificultad.
PARTE VII – Píxeles Rojos y Chiptune Pegadizo
Visualmente, el juego hace un trabajo decente para replicar la estética de la serie. Los sprites de Chad y los enemigos son reconocibles, aunque sus animaciones son algo limitadas. La dirección artística utiliza una paleta de colores vivos que resalta bien en los niveles. Sin embargo, a veces puede resultar un poco genérica.
En el apartado sonoro, el prolífico Mark Van Hecke compuso la música. Fue un veterano responsable de muchas bandas sonoras de la época, incluyendo otros juegos de THQ como Home Alone. La melodía principal es enérgica, repetitiva y muy pegadiza. Se te quedará grabada en la cabeza, para bien o para mal. Los efectos de sonido son simples pero funcionales, y cumplen su cometido.
PARTE VIII – Secretos del Huerto Mutante
Este juego esconde varias curiosidades interesantes para el arqueólogo jugón:
- No es el primero: Aunque la versión de NES es la más conocida, no fue el primer juego de la franquicia. En 1986 se lanzó un juego con el mismo nombre para ordenadores de 8 bits como el ZX Spectrum y el Amstrad CPC, pero se trataba de una aventura de estrategia y texto completamente diferente.
- Un Jefe Final… ¿Fácil?: A pesar de la dificultad extrema del resto del juego, muchos jugadores consideran que la batalla final contra el Dr. Gangreen es sorprendentemente sencilla en comparación con los obstáculos para llegar hasta él.
- Diferencias de Portada: ¡La guerra del «box art»! La portada norteamericana muestra a Chad Finletter en una pose heroica, saltando sobre un tomate gigante con un estilo artístico muy fiel a la serie. La portada europea, en cambio, optó por un diseño más simple y menos dinámico, con un Chad de aspecto diferente y un fondo más plano. La versión americana, sin duda, es la más icónica y atractiva.
- El Glitch del Salto Infinito: En ciertas versiones del juego, existe un glitch que, bajo condiciones muy específicas al ser golpeado por un enemigo cerca de una pared, puede permitir a Chad saltar repetidamente en el aire, facilitando el acceso a algunas zonas de los niveles.
Si crees que este juego era difícil, no te pierdas nuestro análisis del legendario Battletoads o para explorar otro juego licenciado de THQ de la misma era, echa un vistazo a nuestro artículo sobre Home Alone.