Castlevania III: Dracula’s Curse [NES]

PARTE I – El Amanecer de una Leyenda Gótica en la NES

Castlevania III: Dracula's Curse [NES]

Hay una sensación que los veteranos de la NES conocemos bien: la del plástico gris de un cartucho Konami deslizándose en la consola, el satisfactorio «clack» al bajarlo y la anticipación mientras la pantalla parpadeaba a la vida. En 1990, en Occidente, un cartucho en particular prometía no solo un desafío, sino una aventura épica en las profundidades de la Valaquia más oscura. Era la promesa de empuñar el látigo una vez más, no como un sucesor, sino como un ancestro. Hablamos de Castlevania III: Dracula’s Curse, una obra maestra que no solo perfeccionó una fórmula, sino que sentó las bases para el futuro de toda una saga.

Este legendario título, que llegó para definir el pináculo de la acción y las plataformas en la Nintendo Entertainment System, es conocido en Japón por su nombre original: Akumajō Densetsu (悪魔城伝説), que se traduce como «La Leyenda del Castillo del Demonio». Se enmarca en el género de Acción-Plataformas con elementos de Aventura, un estilo que Konami había ayudado a cimentar, pero que aquí llevaron a un nuevo nivel de complejidad y ambición.

Desarrollado y publicado por una Konami en su absoluta edad de oro —una compañía que en ese momento era sinónimo de calidad incuestionable en la NES—, el juego se lanzó por primera vez en Japón para la Famicom el 22 de diciembre de 1989. Norteamérica tuvo que esperar hasta el 1 de septiembre de 1990 para recibir su versión, mientras que los jugadores europeos vieron su llegada mucho más tarde, el 10 de diciembre de 1992. Aunque su hogar principal es la NES, su legado es tan vasto que su espíritu resuena en toda la industria.

PARTE II – Un Linaje Maldito y la Convocatoria del Héroe

La narrativa de Castlevania III es un movimiento audaz: es una precuela. Nos transporta al año 1476, un siglo antes de las hazañas de Simon Belmont. El Conde Drácula ha desatado sus ejércitos demoníacos sobre Europa, y la Iglesia, desesperada, recurre a la única familia con el poder para enfrentarlo: el clan Belmont, quienes habían sido exiliados por el temor a sus habilidades sobrehumanas. El protagonista es Trevor C. Belmont, el portador original del látigo «Vampire Killer», quien emprende un viaje solitario hacia el castillo del Conde.

El tono es notablemente más oscuro y serio que sus predecesores. La trama, aunque contada principalmente a través de una secuencia de introducción y el manual de instrucciones, establece un lore fundamental que sería explorado durante décadas. La verdadera narrativa ambiental se siente en el propio diseño de los niveles: cada castillo en ruinas, cada pantano infestado y cada torre de reloj macabra cuenta la historia de una tierra asolada por el mal. El viaje de Trevor no es solo una misión de exterminio, es una de redención familiar.

PARTE III – El Látigo, la Cruz y la Senda del Destino

El game feel de Castlevania III es puro Konami de 8 bits: preciso, exigente y profundamente satisfactorio. Trevor controla de forma similar a Simon, con su icónico látigo, su salto deliberadamente pesado y su arsenal de sub-armas (agua bendita, hachas, dagas). Sin embargo, la genialidad del juego radica en sus dos innovaciones definitorias.

La primera es la introducción de compañeros de viaje. A lo largo de su aventura, Trevor puede reclutar a tres aliados únicos:

  • Sypha Belnades: Una poderosa hechicera con hechizos elementales devastadores pero físicamente débil.
  • Grant Danasty: Un ágil pirata capaz de trepar por las paredes y cambiar de dirección en el aire.
  • Alucard: El hijo dhampir de Drácula, que puede lanzar bolas de fuego y transformarse en murciélago.

Solo puedes llevar a un compañero a la vez, pudiendo cambiar entre él y Trevor en cualquier momento. Esta mecánica añade una capa estratégica sin precedentes, ya que cada personaje ofrece una forma completamente diferente de superar los obstáculos.

La segunda gran innovación son las rutas ramificadas. En varios puntos del juego, el jugador debe elegir qué camino tomar. Esto no solo altera los niveles que se visitan, sino también a qué compañero potencial se puede encontrar. Esta estructura dota al juego de una rejugabilidad masiva, algo muy poco común en los juegos de acción de la época.

En cuanto a su dificultad, Castlevania III es un ejemplo paradigmático del «Nintendo Hard». Es un juego brutalmente difícil, pero casi siempre justo. Exige memorización de patrones, reflejos agudos y una estrategia cuidadosa. Cada enemigo vencido y cada jefe derrotado se sienten como una verdadera victoria, un testimonio de un diseño de desafío que respeta la habilidad del jugador.

PARTE IV – Ecos en la Cripta: La Resonancia de un Clásico Imperecedero

En su lanzamiento, Castlevania III: Dracula’s Curse fue aclamado por la crítica. Medios como Nintendo Power elogiaron sus gráficos, su increíble banda sonora y su profunda jugabilidad, considerándolo uno de los mejores títulos disponibles para la NES. Su ambición era palpable y los críticos de la época lo reconocieron.

Visto con la perspectiva actual, el juego ha envejecido extraordinariamente bien. Sus controles precisos y su jugabilidad basada en la habilidad siguen siendo tan atractivos hoy como lo fueron hace más de treinta años. Si bien su elevada dificultad puede ser un filtro para algunos jugadores modernos, para los aficionados al retro es precisamente uno de sus mayores atractivos.

Su legado es inmenso. Introdujo a personajes tan queridos como Alucard, quien más tarde protagonizaría el revolucionario Symphony of the Night. La idea de múltiples personajes y rutas sentó un precedente en la saga. Y más recientemente, la aclamada serie de animación de Netflix se basa directamente en la trama y los personajes de este juego, presentando a Trevor, Sypha y Alucard a una nueva generación y consolidando el estatus de Dracula’s Curse como una de las historias más importantes del canon de Castlevania.

PARTE V – El Silencio de las Gárgolas

Como era habitual en la era de la NES, el lanzamiento original de Castlevania III en mercados hispanohablantes (la versión PAL distribuida en España) no incluyó una traducción oficial al español. El juego se distribuyó con su texto en inglés, que, aunque mínimo, era esencial para entender la introducción de la historia.

Afortunadamente, la dedicación de la comunidad de fans ha corregido este vacío histórico. Existen varias traducciones no oficiales (romhacks) al español que permiten disfrutar de la aventura en nuestro idioma. Proyectos de grupos de traducción como Traducciones Wave y otros traductores de la scene hispana han permitido que la leyenda de Trevor Belmont pueda ser leída y comprendida por todos. Un aplauso a estos arqueólogos digitales por su invaluable trabajo de preservación.

PARTE VI – Desempolvando el Cartucho

Para aquellos que deseen enfrentarse a la maldición de Drácula hoy, a la fecha existen varias vías legales y accesibles para hacerlo:

  • La Experiencia Purista: La forma más auténtica es jugar en el hardware original: una consola Nintendo Entertainment System y el cartucho original. Conectada a un televisor CRT, esta sigue siendo la manera en que el juego fue diseñado para ser visto y jugado.
  • Reediciones Oficiales: La forma más fácil y recomendada de jugar hoy es a través de la Castlevania Anniversary Collection. Esta excelente compilación de Konami está disponible en formato digital para PC (Steam), Nintendo Switch, PlayStation 4/5 y Xbox One/Series X|S. Incluye Castlevania III junto con otros clásicos de la saga, con añadidos modernos como estados de guardado y diferentes opciones de visualización.
  • Emulación Responsable: La emulación es una herramienta vital para la preservación de los videojuegos. Utilizando un emulador de NES en un PC o dispositivo compatible, se puede jugar al juego a través de su ROM. Siempre abogamos por la emulación responsable, que implica utilizar copias de seguridad de juegos que se poseen legalmente.

PARTE VII – Píxeles Góticos y Melodías Inmortales: El Corazón Audiovisual de Valaquia

El apartado audiovisual de Castlevania III es una proeza técnica. El arte del juego, aunque sin artistas públicamente acreditados bajo sus nombres reales (era común usar seudónimos), refleja un dominio absoluto de la paleta de colores de la NES. Los sprites de los personajes son detallados y expresivos, y los escenarios desprenden una atmósfera gótica opresiva, desde bosques oscuros hasta catacumbas inundadas y, por supuesto, las intrincadas torres del castillo de Drácula.

La banda sonora, compuesta por el legendario Konami Kukeiha Club (el colectivo de sonido interno de Konami, con figuras como Hitoshi Akamatsu y Michiru Yamane contribuyendo en esta era), es una de las mejores de toda la biblioteca de la consola. Temas como «Beginning», «Deja Vu» (el icónico tema de Alucard) y «Aquarius» son sinfonías de 8 bits que se graban en la memoria.

Es crucial mencionar que la versión japonesa para Famicom incluía un chip de sonido especial en el cartucho, el VRC6, que permitía canales de sonido adicionales. Esto hace que la banda sonora de Akumajō Densetsu sea técnicamente superior, con una riqueza y complejidad que la versión de NES no pudo replicar completamente.

PARTE VIII – Secretos del Campanario: Más Allá de la Maldición de Drácula

Castlevania III está lleno de secretos y diferencias fascinantes que demuestran la atención al detalle de Konami.

  • El Chip VRC6: Como se mencionó, la diferencia más significativa entre la versión japonesa y la occidental es el sonido. La música de la Famicom es una experiencia completamente distinta y, para muchos, la definitiva.
  • Dificultad Aumentada: La versión norteamericana y europea fue deliberadamente más difícil que la japonesa. Los enemigos infligen el doble de daño, y algunos patrones de ataque son más agresivos. Incluso el número de vidas es más limitado.
  • Diferencias en Grant: En la versión japonesa, el arma principal de Grant es lanzar dagas, mientras que en la occidental utiliza un cuchillo de corto alcance, lo que lo convierte en un personaje mucho menos útil.
  • Censura Menor: Como era común en las localizaciones de Nintendo of America, se atenuaron algunas referencias religiosas. Por ejemplo, algunos crucifijos en fondos fueron eliminados o alterados.
  • El Nombre de Trevor: En Japón, el protagonista se llama Ralph C. Belmondo. Su nombre fue cambiado a Trevor para Occidente, y el apellido se estandarizó como Belmont.
  • Portadas Regionales: El box art es un caso de estudio. La portada japonesa, de estilo anime, muestra a los cuatro héroes en una pose dinámica y heroica. La portada norteamericana optó por una ilustración más «realista» y sombría de un Trevor de aspecto bárbaro, un reflejo de las tendencias de marketing de la época que buscaban un tono más maduro.

La introducción de Alucard en este juego sería fundamental para el futuro de la saga, como exploramos en nuestro profundo análisis de Castlevania: Symphony of the Night o si disfrutaste del desafío de este clásico de Konami, no te pierdas nuestra retrospectiva de Contra para NES.